Este reportaje tenía ganas de hacerlo desde hace tiempo. Nos muestra el lado más oscuro del café que hayamos conocido hasta ahora.
Sabías que el café ha sido utilizado para llevar a cabo robos, y algunos de ellos han llegado a ser de los más famosos de los que se tenga conocimiento?
Uno muy simple y risible ocurrió en Estados Unidos, en Texas, donde un tipo utilizó un vaso de café recién hecho para robar la caja. Habiéndose servido el café, se acercó con la cajera para hacer un depósito. Cuando ésta abrió la caja registradora para ingresar el dinero, el tipo le derramó el café en su cara, y ante la confusión, aprovechó para llevarse el dinero. Muy listo, no?
En Hollywood también se han llevado a cabo algunas películas con el café como medio para transportar u ocultar lo que se pretende robar. Recuerdas aquella película “El discípulo” (The Recruit) con Al Pacino y Colin Farrell, donde Farrell hace de un estudiante que es enrolado para convertirse en espía. A Farrell se le asigna el rol de observar y espiar a una de sus colegas, Layla Moore (Bridget Moynahan), de quien se sospecha es parte de una agencia de inteligencia extranjera buscando extraer un virus recientemente desarrollado de las bases de datos de la CIA. No parece haber indicios de cómo hará esto, hasta que la misma película nos lo revela: Moore descarga el virus en una USB que luego esconde en el fondo de un vaso térmico lleno de café, y que pasa sin ser detectado cuando sale de la CIA.
O tal vez la más reciente película de Demi Moore y Michael Caine, “Un Plan Brillante” (Flawless), donde, Caine, un aparentemente inofensivo intendente de la mayor compañía de diamantes del mundo, la “London Diamond Corporation”, y Moore, una exitosa gerente de operaciones, pero que, por su género ve imposibilitado un ascenso en su carrera, elaboran un plan para robar de la compañía un puñado de diamantes, como compensación por el mal trato recibido. Este plan, tiene a un termo de café como medio de transporte de los diamantes, aunque al final el plan cambia un poco (y no les platico, por si no la han visto)
En la realidad, estos robos “de película” serían difíciles de llevar a cabo. El robo de diamantes, aunque parece dejar buenos dividendos, es en realidad el resultado de un largo estudio de la seguridad de una instalación. Algunos requieren de alta tecnología, la integración de varios sujetos expertos en alguna de las fases del robo, o bien, el uso de armas. Pero aparte de todo eso, de paciencia, mucha paciencia.
Sabías que el café ha sido utilizado para llevar a cabo robos, y algunos de ellos han llegado a ser de los más famosos de los que se tenga conocimiento?
Uno muy simple y risible ocurrió en Estados Unidos, en Texas, donde un tipo utilizó un vaso de café recién hecho para robar la caja. Habiéndose servido el café, se acercó con la cajera para hacer un depósito. Cuando ésta abrió la caja registradora para ingresar el dinero, el tipo le derramó el café en su cara, y ante la confusión, aprovechó para llevarse el dinero. Muy listo, no?
En Hollywood también se han llevado a cabo algunas películas con el café como medio para transportar u ocultar lo que se pretende robar. Recuerdas aquella película “El discípulo” (The Recruit) con Al Pacino y Colin Farrell, donde Farrell hace de un estudiante que es enrolado para convertirse en espía. A Farrell se le asigna el rol de observar y espiar a una de sus colegas, Layla Moore (Bridget Moynahan), de quien se sospecha es parte de una agencia de inteligencia extranjera buscando extraer un virus recientemente desarrollado de las bases de datos de la CIA. No parece haber indicios de cómo hará esto, hasta que la misma película nos lo revela: Moore descarga el virus en una USB que luego esconde en el fondo de un vaso térmico lleno de café, y que pasa sin ser detectado cuando sale de la CIA.
O tal vez la más reciente película de Demi Moore y Michael Caine, “Un Plan Brillante” (Flawless), donde, Caine, un aparentemente inofensivo intendente de la mayor compañía de diamantes del mundo, la “London Diamond Corporation”, y Moore, una exitosa gerente de operaciones, pero que, por su género ve imposibilitado un ascenso en su carrera, elaboran un plan para robar de la compañía un puñado de diamantes, como compensación por el mal trato recibido. Este plan, tiene a un termo de café como medio de transporte de los diamantes, aunque al final el plan cambia un poco (y no les platico, por si no la han visto)
En la realidad, estos robos “de película” serían difíciles de llevar a cabo. El robo de diamantes, aunque parece dejar buenos dividendos, es en realidad el resultado de un largo estudio de la seguridad de una instalación. Algunos requieren de alta tecnología, la integración de varios sujetos expertos en alguna de las fases del robo, o bien, el uso de armas. Pero aparte de todo eso, de paciencia, mucha paciencia.
El Robo del Siglo, perpetrado por un grupo de ladrones italianos al Antwerp Diamond Centre nos lo demuestra.
Este edificio es el principal asiento de diamantes del mundo. Se ubica en Amberes, capital mundial del diamante, y donde circulan cerca del 80% de ellos. Es también el corredor más grande y fuerte de estas gemas. De todas partes del mundo llegan los diamantes en bruto, para ser pulidos, marcados y clasificados, y posteriormente comercializados. Existen más de 21 casas corredoras, y todas sus pertenencias se concentran en las bóvedas de este centro mientras son comercializadas.
Esto imagino, lo saben también los ladrones, y por esa razón, en 2003 llevaron a cabo el robo del siglo, extrayendo de las bóvedas de seguridad el equivalente a 100 millones de dólares en diamantes. Fue tanto el peso de las piedras que no pudieron vaciar el total de las cajas, y debieron conformarse con 123 de las 160.
El robo requirió que los ladrones viajaran a esta ciudad tres años atrás, rentaran oficinas en las instalaciones y estudiaran por los siguientes años sus sistemas de seguridad, pensados hasta ese entonces como impenetrables. Reconocieron sus sistemas de alarmas, que incluían un sistema infrarrojo de detección de calor, un radar Doppler de movimiento, un campo magnético, un sensor sísmico, y el cerrojo de la bóveda con más de 100 millones de combinaciones; estudiaron los rondines de sus guardias de seguridad, consiguieron copias de las llaves de las bóvedas (lo cual sugiere un trabajo interno también) y la noche del atraco, implantaron videos falsos a la red de circuito cerrado, para aparentar que nada sucedía. Todo salió a la maravilla… salvo un detalle.
Al abandonar el lugar dejaron de lado el disponer de manera adecuada de los restos de basura que habían utilizado durante el robo, y la policía dio con estas bolsas. Entre otras cosas que ponían a los sospechosos en la escena del crimen, había restos de alimentos. Ya te estás imaginando que eran esos restos de alimentos?
Si, entre otras cosas, un vaso con café. La policía de Amberes primero intentó encontrar muestras de saliva para recuperar el ADN, pero el café había eliminado cualquier rastro de esto. Después, pretendieron analizar la composición química del café en un intento por dar con el lugar que lo había comercializado, y sacar pistas del posible comprador. Sin embargo, el café contiene más de mil elementos químicos naturales, lo que hace imposible su análisis y determinación. Finalmente dieron con el ADN de otro de los bandidos depositado en un sándwich a medio comer, y así fue como se dio con Leonardo Notarbartolo, uno de los integrantes de la banda de ladrones, identificados como “La Escuela de Torino”. Eventualmente se dio con otros tres integrantes, quienes fueron arrestados. Sin embargo, los diamantes nunca fueron encontrados. La historia parece sacada de la saga de "The Italian Job", pero es en realidad lo mas cercano a la realidad que se tiene. Si desean conocerla más a detalle, les dejo el link* de una entrevista a Leonardo Notarbartolo por la revista Wired. Les va a encantar.
Y bueno, hablando de la composición química del café, recién recordé que un grupo de expertos en este tema está intentando realizar el equivalente al Proyecto Genoma para el café. El estudio se llevará a cabo en Estados Unidos al parecer, y tendrá como objetivo el establecer los contenidos biológicos de los granos de café según su origen. El proyecto entre otras cosas, analizará el ADN del grano, su composición química como son los minerales o sólidos, contenido de ácido, entre otros. Increíble, no? La información que se podrá extraer de estos estudios será enorme, y de variada aplicación sin lugar a dudas. Espero poderles contar pronto de esto. Tal vez algún día los ladrones tengan que abstenerse de tomar café durante un atraco.
* http://www.wired.com/politics/law/magazine/17-04/ff_diamonds
Esto imagino, lo saben también los ladrones, y por esa razón, en 2003 llevaron a cabo el robo del siglo, extrayendo de las bóvedas de seguridad el equivalente a 100 millones de dólares en diamantes. Fue tanto el peso de las piedras que no pudieron vaciar el total de las cajas, y debieron conformarse con 123 de las 160.
El robo requirió que los ladrones viajaran a esta ciudad tres años atrás, rentaran oficinas en las instalaciones y estudiaran por los siguientes años sus sistemas de seguridad, pensados hasta ese entonces como impenetrables. Reconocieron sus sistemas de alarmas, que incluían un sistema infrarrojo de detección de calor, un radar Doppler de movimiento, un campo magnético, un sensor sísmico, y el cerrojo de la bóveda con más de 100 millones de combinaciones; estudiaron los rondines de sus guardias de seguridad, consiguieron copias de las llaves de las bóvedas (lo cual sugiere un trabajo interno también) y la noche del atraco, implantaron videos falsos a la red de circuito cerrado, para aparentar que nada sucedía. Todo salió a la maravilla… salvo un detalle.
Al abandonar el lugar dejaron de lado el disponer de manera adecuada de los restos de basura que habían utilizado durante el robo, y la policía dio con estas bolsas. Entre otras cosas que ponían a los sospechosos en la escena del crimen, había restos de alimentos. Ya te estás imaginando que eran esos restos de alimentos?
Si, entre otras cosas, un vaso con café. La policía de Amberes primero intentó encontrar muestras de saliva para recuperar el ADN, pero el café había eliminado cualquier rastro de esto. Después, pretendieron analizar la composición química del café en un intento por dar con el lugar que lo había comercializado, y sacar pistas del posible comprador. Sin embargo, el café contiene más de mil elementos químicos naturales, lo que hace imposible su análisis y determinación. Finalmente dieron con el ADN de otro de los bandidos depositado en un sándwich a medio comer, y así fue como se dio con Leonardo Notarbartolo, uno de los integrantes de la banda de ladrones, identificados como “La Escuela de Torino”. Eventualmente se dio con otros tres integrantes, quienes fueron arrestados. Sin embargo, los diamantes nunca fueron encontrados. La historia parece sacada de la saga de "The Italian Job", pero es en realidad lo mas cercano a la realidad que se tiene. Si desean conocerla más a detalle, les dejo el link* de una entrevista a Leonardo Notarbartolo por la revista Wired. Les va a encantar.
Y bueno, hablando de la composición química del café, recién recordé que un grupo de expertos en este tema está intentando realizar el equivalente al Proyecto Genoma para el café. El estudio se llevará a cabo en Estados Unidos al parecer, y tendrá como objetivo el establecer los contenidos biológicos de los granos de café según su origen. El proyecto entre otras cosas, analizará el ADN del grano, su composición química como son los minerales o sólidos, contenido de ácido, entre otros. Increíble, no? La información que se podrá extraer de estos estudios será enorme, y de variada aplicación sin lugar a dudas. Espero poderles contar pronto de esto. Tal vez algún día los ladrones tengan que abstenerse de tomar café durante un atraco.
* http://www.wired.com/politics/law/magazine/17-04/ff_diamonds